El presidente del Consejo de Administración de Grupo ARHE imparte una conferencia sobre manejo y capitalización de crisis 

¿Qué tan capaces somos de superar adversidades? Fue la pregunta que le sirvió a Juan José Arellano Hernández, presidente del Consejo de Administración de Grupo ARHE, para hablar con sus colaboradores sobre el camino que ha recorrido para crecer como persona y como empresario y compartir algunos consejos con ellos, en la conferencia que tituló Manejo y Capitalización de Crisis. 

Durante la charla, a la que acudieron más de 190 colaboradores, incluidos socios y directivos, Arellano Hernández señaló que las generaciones perciben la realidad de diferente manera, porque su formación ha sido diferente, los más jóvenes incluso tienen mayor coeficiente intelectual que los más grandes porque están más en contacto con las tecnologías. 

Pero, dijo, los más jóvenes están perdiendo inteligencia emocional, y entre el 80 y 90 por ciento del éxito está determinado por la inteligencia emocional. 

“Nuestra capacidad de reaccionar a los problemas algunas veces es tardía, recibimos información en exceso, las redes sociales nos bombardean de noticias negativas, y cada generación percibe los problemas desde realidades diferentes, es ahí donde se debe saber trabajar en equipo, crear resiliencia”, expresó. 

El presidente del Consejo de Administración de Grupo ARHE señaló que hay que aprender a descifrar las variables de cada crisis y buscar la similitud para actuar de manera correcta, construir resiliencia, longanimidad, construyendo relaciones de equipo para tener capacidad de superar las dificultades. 

Algunos de los consejos que Arellano Hernández ofreció a sus colaboradores fueron redescubrirse a sí mismos y no solo tratar de sobrevivir por instinto, trabajar más allá de su comodidad y para su comunidad. 

Su Historia

En su vida personal, dijo que ha aplicado el manejo de crisis desde el día mismo de su nacimiento, en sus primeros recuerdos de la niñez, cuando nació su primer hijo y cuando el gobierno federal interino las cuentas bancarias del 95 por ciento de las empresas del grupo. 

En 2003, comentó, inició el despegue de sus empresas. Creaban una y otra, más por hacerlo que por tener la certeza de que tendría éxito, pero algunas sí se consolidaron, otras, por recomendación de sus consejeros, las vendieron para tener liquidez y solventar a las que permanecían. 

En 2015, cuando pensaban que todo iría para adelante, llegó una crisis que no esperaban: el gobierno federal les empezó a cerrar las cuentas, a tal grado que, en 2016, el 95 por ciento de ellas estaban cerradas, por acusación de posibles delitos de lavado de dinero, delincuencia organizada y terrorismo fiscal, y todos pensaban: sinaloense, Arellano, sí, es culpable. 

“Pero el mensaje que nosotros dimos a los colaboradores, a la sociedad, fue actuar con una comunicación eficiente para generar confianza, no éramos culpables”, recalca. 

Esa crisis, señaló, le sirvió para aprender que a los problemas hay que enfrentarlos en su justa dimensión, ni engrandecerlos ni minimizarlos; a formar equipos disciplinados; a segmentar los problemas para ir ganando pequeñas batallas; a ejercer un liderazgo proactivo: el ejemplo no es una forma de influir, es la única forma de hacerlo. 

Aprendieron, además, a optimizar recursos, crear equilibrios, aprender de los errores, no irse por soluciones inmediatas, sino definitivas. 

Y en medio de todo ello, expresó, se debe de tener una base firme y sólida: la familia. 

“Y mi familia me ayudó a seguir adelante, yo hablé con mi familia de la posibilidad de vender todo, podíamos vivir de ello, pero entonces pensé, ¿qué ejemplo le voy a dar a mis hijos? ¿Qué va a pasar con las 2 mil familias que dependen del Grupo ARHE? Y Rebeca me apoyó para tomar una decisión y fue seguir adelante”, recordó. 

Al final de la charla, Juan José Arellano Hernández respondió preguntas para abundar los temas tratados y algunos otros como, por qué vive en San Diego y no en Mazatlán.